lunes, 14 de abril de 2008

CÓMO ENSEÑAR A LOS JÓVENES

Usted acaba de ser nombrado como maestro o “consejero” de un grupo de jóvenes y señoritas. Algunos son adolescentes, otros jóvenes y otros, más parecen adultos que jóvenes; pero aquí están. Son todos suyos. ¡Son sus alumnos! ¡Buena suerte!
Conozca a mejor a sus jóvenes. Además de conocer sus nombres, incluyendo los “sobrenombres” o “apodos”, la dirección de su casa, quiénes son sus padres, hermanos y otros familiares con los cuales vive, debe conocerlos como son “de carne y hueso”. Por qué no prueba algunas de estas calles y avenidas...

a. Asista a los eventos deportivos en los cuales participan.
b. Lleve con usted a alguno de los chicos o chicas mientras hace algunos mandados o va de compras al mercado, a las tiendas de ropa o zapatos.
c. Invítelos a jugar con usted, juegos de mesa, de salón o al aire libre, se sorprenderá de todo lo que aprenderá (y de las libras de peso que perderá).
d. Vayan juntos a ver una película. Después pueden comentarla, criticarla y sugerir cambios que habrían hecho en el argumento.
e. Salgan para comer helados, comer algo típico del país o “probar” algo nuevo.
f. Trabaje con ellos en algún proyecto de servicio a la comunidad. Algo que tome dos o tres horas de trabajo intenso. Después comenten lo que hicieron, cómo podrían hacer mejor la próxima vez y por supuesto, lo que no deben hacer.
g. Provéales un libro breve, una película, o un disco compacto para que después de leerlo o escucharlo puedan comentarlo.
h. De cuando en cuando escríbales una nota, una carta, una tarjeta o llámeles por teléfono para saber cómo les va y afirmarles su interés personal.
i. Vean juntos en el televisor un juego o partido del deporte favorito de su alumno (si usted no comprende ese deporte pídale que le ayude).
j. Salgan a caminar, a subir una montaña, a visitar un museo, o simplemente a conocer un nuevo edificio en la ciudad.
Puede ser que le ayude tener un cuaderno de notas para llevar algunos apuntes, observaciones y otros datos sobre las experiencias adquiridas con cada uno de sus alumnos mientras hacían alguna o todas de estas actividades.
Ahora intente comprenderlos. Quizá a escuchado la frase, “los conozco, pero no los comprendo”. O esta otra, “sé cómo son, pero no entiendo por qué”. Si a usted le pasa algo así con “su grupo de jóvenes”, ya somos dos. Aunque nunca los comprendamos completamente, por lo menos podemos intentarlo.
El problema mayor es que los jóvenes, especialmente los adolescentes están en el proceso de encontrar su propia identidad. Algunos autores comparan a los jóvenes con esos animales llamados Camaleones, que como usted sabe tienen la capacidad de cambiar de color según el lugar en el cual se encuentran. Parecen de color café cuando les conviene, y cuando les conviene ser de color verde, son verdes; pero de cuando en cuando son los dos, café y verde. Esta comparación sirve para ilustrar que por falta de una definición de su propia identidad, los jóvenes tienden a acomodarse al medio ambiente. Nuestro desafío como maestros es ayudarles a determinar quiénes son y quién desea el Señor que sean. Dicen, quienes estudian a los que están en esta etapa de la vida que en los adolescentes y jóvenes hay ciertas fuerzas internas y otras externas que moldean y van dando forma a la manera de ser.
a) Fuerzas internas son aquellas que están dentro de la persona misma. Estas fuerzas son las que conducen al joven o la señorita a formar el concepto de si mismo o de si misma. Los muchachos y muchachas se ven a si mismos cada mañana en el espejo (mejor dicho, casi cada mañana) y se dicen para sus adentros, una, dos o tres cosas, o las tres juntas:
• Yo soy el centro del mundo. Se ven como los actores o actrices con el papel más importante y a todo el mundo observando su actuación. Cómo el mundo los ve y los aprueba o desaprueba es lo que cuenta. Tratarán -aunque a veces lo nieguen- de “quedar bien” pues creen que todo el mundo los está observado.
• Yo soy el único. No solamente son el centro del mundo, además todo el mundo gira a su alrededor. “Egocentrismo” es el término técnico para esta manera de imaginar el mundo. Esta actitud tiene sus dos lados. Cuando algo bueno les ocurre se felicitan y lo celebran hasta el cansancio; pero cuando algo malo les ocurre, se lamentan diciendo, “yo soy el único a quien le pasa esto...” durante todo el día.
• Yo ya hice mi parte. Los jóvenes de nuestro tiempo no hacen compromisos para toda la vida. Puede ser que tienen la intensión de que su decisión sea para siempre, pero en la práctica no dura mucho. Quienes trabajan con jóvenes tiene que tener a la vista esta verdad. Alguien ha dicho que somos afortunados cuando los jóvenes se comprometen para hacer algo por una semana. Una vez que han hecho lo que dijeron por unos cuántos días están cómodos con moverse a un nuevo “compromiso” por otros días.
b. Otra fuerza interna que guía, controla y cautiva a la juventud son los héroes y las heroínas. Es por eso que gastan mucha energía, tiempo y dinero con sus amigos y comprando casetes, discos compactos (con música), rentando video-cintas, revistas y comprando “souvenirs” (gorras, camisetas, collares, brazaletes) que les recuerdan a sus héroes y heroínas. Están ansiosos por tener líderes y causas que valgan la pena. Por supuesto, mientras van creciendo y se acercan más y más a la mayoría de edad (18 a 21 años) comienzan a razonar sobre sus héroes y las causas. Muchos de ellos comienzan a buscar sus propias causas y en algunos casos pretenden ser los héroes o las heroínas de esas causas.
c. Otras fuerzas que guían a nuestros jóvenes podemos clasificarlas como externas. Estas tiene que ver con las personas e influencias que los rodean. Sin duda la más grande influencia de nuestro tiempo es la televisión y la música. Estos dos medios están comunicando el mensaje que el mundo en el cual vivimos tiene sus problemas, pero que todos pueden solucionarse fácilmente. Asuntos sociales como el analfabetismo, la pobreza, las enfermedades y el hambre en el mundo son asuntos que no les interesan. Hasta algunos jóvenes piensan que los medios de comunicación “exageran” las noticias para impresionar a los adultos.
d. Por supuesto, las personas más inmediatas son sus padres, familiares, hermanos mayores, maestros de la escuela y maestros o líderes de la iglesia. Usted y yo tenemos una tarea inmensa, trascendental que hacer. La gran pregunta es ¿cómo podemos hacer nuestra contribución y hacerla bien?
Muchos educadores están llamando la atención a la necesidad de dar más educación formal, sistemática, cuidadosamente elaborada. Estamos de acuerdo. Sin embargo, lo que nuestros muchachos y muchachas necesitan no es más enseñanzas dentro de un aula, lo que necesitan es modelos vivos que en “carne y hueso” les muestren cómo vivir la vida cristiana.
Sea un modelo vivo.
a. Pablo en 2 Timoteo 2:1, 2 claramente dice le dice a Timoteo que escoja a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. La Nueva Versión Internacional dice: a creyentes dignos de confianza, que a su vez estén capacitados para enseñar a otros. La iglesia, el pastor o alguno de los líderes de su congregación le escogieron a usted como esa persona “digna de confianza” para que enseñe a los jóvenes.
Observe que estos versículos nos dicen varias cosas que los que sirven como modelo deben tener:
• Creyentes en Cristo como su Salvador personal. Deben tener una experiencia personal de salvación.
• Fieles al Señor. Esto es personas comprometidas con el extendimiento del reino de Dios.
• Idóneas para enseñar. Sabemos que a enseñar se aprende enseñando. Uno no nace con la capacidad de enseñar es algo que se aprende a hacer y se desarrolla con la práctica. Pero tiene que haber esa disposición básica de aprender, practicar y seguir aprendiendo.
• Dispuestos a compartir con otros lo que han aprendido. Nos habla de esa condición básica de invertir la vida y lo que se ha aprendido en todas las dimensiones, conocimientos, experiencias y vivencias con otros.
b. Ronald Habermas y Klaus Issler escribieron un libro titulado en inglés Teaching for Reconciliation (Enseñemos a reconciliar) en el cual ofrecen siete principios efectivos para servir como modelo (pág. 199). Tomamos sus ideas y nos permitimos expresarlas así:
• Los jóvenes necesitan tener frecuentes y extensos contactos con su modelo.
• Los jóvenes deben experimentar una relación de afecto y cariño con el modelo.
• Los jóvenes deben poder ver los valores y las emociones del modelo.
• El modelo de los jóvenes debe poder ser observado en una variedad de situaciones reales de la vida diaria.
• El modelo debe demostrar consistencia y claridad en su conducta y valores.
• Debe haber compatibilidad entre la conducta del modelo y las creencias y enseñanzas del grupo al cual representa (en nuestro caso es la iglesia).
• El modelo debe poder explicar las razones que sostienen el estilo de vida que demuestra.
4. Trabajar con los jóvenes y señoritas es un privilegio, pero también es una responsabilidad. Dios ha puesto en sus manos la tarea de impresionar y hasta cierto punto de formar el carácter de la vida de esos jóvenes. Le animamos a conocerlos, a comprenderlos y sobre todo a servir como un modelo vivo para ellos. Recuerde que la enseñanza es un ministerio y que a enseñar se aprende enseñando. Que Dios le ayude a ver a muchos de los jóvenes y señoritas para los cuales modele como modelos para otros.
CUESTIONARIO
1. De las varias maneras mencionadas para conocer a los jóvenes, ¿cuáles son más fáciles para usted? Y ¿cuáles las más difíciles?
2. ¿Cuál es el problema principal de los jóvenes adolescentes?
3. ¿Qué papel desempeñan los héroes y las heroínas en los jóvenes y las señoritas?
4. Mencione los dos medios de mayor influencia sobre sus jóvenes.
5. ¿Qué requisitos debe llenar “un modelo vivo” de los jóvenes?
6. De los siete principios efectivos para servir como modelo, escoja tres que a usted le gustaría mejorar.
7. ¿Cuál debe ser la meta en la educación cristiana de los jóvenes y la señoritas?

1 comentario:

Eledy dijo...

1.Creo que como joven que soy, participaría en todas las actividades mencionadas, desde salir a tomar un helado, ver una peli, jugar al voley o ir de compras con alguno de ellos. Lo que me resultaría mas complicado de hacer, pero no imposible, es subir una montaña y jugar a los videojuegos (ja,ja,ja). Todas estas alternativas para conocer a nuestros alumnos están buenísimas, pero creo que están mas al alcance de los jóvenes solteros que casados y con hijos. En líneas generales, los matrimonios jóvenes no se integran mucho a la hora de hacer actividades que requieran esfuerzo físico o simplemente estar hasta altas horas de la noche. Pienso que habría que trabajar con ellos desde otra perspectiva tal vez, porque no podemos comparar a un chico/a soltero/a que no tiene que “marcar tarjeta” a la hora de entrada o salida de la casa, con otro/a casado/a que no solo marca tarjeta sino que también cocina, lava, plancha, cuida a los chicos, limpia, trabaja y además estudia. A veces en el poco tiempo libre que les queda prefieren quedarse sentados tomando un mate y viendo una peli, que salir a caminar y quedarse hasta tarde. Creo que como maestros deberíamos separa a los jóvenes en dos grupos: casados y solteros, y desde allí trabajar con ellos de acuerdo a sus necesidades y sus posibilidades de integración.

2. El problema principal de los jóvenes adolescentes es que están en búsqueda de su identidad, por lo tanto, mientras la encuentran, van a donde les lleve la corriente. Esta es una etapa bastante difícil en la que el maestro no solo tendrá que armarse de paciencia sino que también deberá ejercitar mas que nunca los frutos del Espíritu: mansedumbre, templanza, fe y por sobre todos amor.

3. Los héroes y heroínas son personajes que siempre se han presentado como defensores de los débiles, justicieros, súper poderosos, con cuerpos bien torneados y musculosos. Y es cierto que cautivan y controlan a los chicos. Desde mi experiencia como joven debo decir que esa etapa fue, sin duda, la mas interesante. Recuerdo que siempre saltaba para defender al mas callado, introvertido o me unía a los que luchaban por una causa justa, según nosotros. Combatíamos con los malvados adultos, que trataban de dirigir nuestras vidas a su antojo. Esto por supuesto nos traía consecuencias negativas, porque queramos o no, siempre nos bajan a la realidad y no de la mejor manera.

4. Los medios de mayor influencia son la televisión y la música. Estos transmiten, entre otras cosas, el estado en el cual se encuentra nuestro mundo, lleno de indiferencia, desigualdad y desamor, entre otros. Dichos medios presentan los problemas con tanta liviandad que hace creer a los jóvenes que
en un abrir y cerrar de ojos todo se solucionara.

5. Como modelos vivos debemos de ser fieles a Dios, idóneos para enseñar entendiendo que nadie nace sabiendo sino que todo se aprende y se perfecciona en la marcha. Obviamente estar seguros de Cristo murió por nosotros y que gracias a El fuimos salvos. Es preciso tener en nosotros la necesidad de compartir con otros lo que hemos aprendido, ya sean conocimiento o experiencias de la vida diaria.

6. Pienso que de los siete puntos mencionados debería mejorar: mi consistencia y claridad en cuanto a conducta y valores, la relación entre lo que hago, digo y pienso para que halla coherencia en lo que enseño y, por ultimo, creo que necesito involucrarme mas seguido con ellos.

7. Creo que la meta debería ser ayudarlos a encontrar el propósito de sus vidas, transmitirles lo que Dios tiene y quiere para ellos y lo que El desea hacer con ellos. Y lo mas interesante o desafiante es lograr que ellos vean en nosotros a seres transformados por el amor de Dios, convencidos de lo que El es capaza de hacer con lo nada que somos, que ellos puedan ver en nosotros el reflejo de lo que Dios quiere y tiene para sus vidas.