lunes, 14 de abril de 2008

CÓMO ENSEÑAR A LOS NIÑOS

“Los niños necesitan aprender acerca de Dios”. Sin embargo, pocas veces habrá pensado, “¿qué necesitamos aprender acerca de los niños para poder enseñarles acerca de Dios?” Los niños son personas especiales, y únicas, necesitamos comprender a ellos y el mundo en el cual viven.
Pablo, nos anima a recordar “cuando yo era niño”.

a. En 1 Corintios 13:11 el apóstol Pablo nos estimula a reflexionar sobre la niñez a partir de su propia experiencia como niño. Hay varias cosas que menciona claramente, pero otras están implícitas. Veamos de cerca el pasaje: “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé lo que era de niño.
b. Al leer el versículo descubrimos que los niños guardan muchas cosas en común con cualquier otra persona: pueden hablar y pensar. Es decir que, como todo ser humano, en su propia dimensión y proporción, los niños pueden elaborar en palabras su concepción del mundo que los rodea. Además pueden elaborar juicios morales que pueden ser diferentes de las concepciones de los adultos. Observe que decimos “diferentes” no mejores ni peores.
c. Pablo también nos guía a observar ciertas diferencias entre los niños y los adultos. Cuente cuántas veces usa la expresión “como niño”. Esa es su manera de señalar las diferencias. A manera de ilustración nos dice que hay una manera de hablar, de pensar y de razonar que es diferente en los niños.
d. Observe que Pablo no se expresa negativamente al hacer el contraste entre la niñez, la adolescencia, la juventud o la edad adulta. Solamente está diciendo que la niñez es diferente. Tiene su propias cualidades y características; son elementos que hacen de la niñez una época única en la vida. Los niños no son adultos en miniatura, ni jóvenes en crecimiento. Sencillamente Pablo dice que ser niño es una época en la vida de una persona; que es apropiado y natural hablar y pensar como niño cuando uno es niño.
e. Otro detalle interesante es que la conducta que es propia para un niño, puede no ser propia para un adulto. Muchas veces los adultos se comportan, hablan y piensan como niños y eso si es peligroso (Vea 1 Corintios 3:1-3).
La Biblia usa muchas metáforas sobre la niñez.

• En 1 Juan 2:12-14 usa la figura de los miembros “niños”, “jóvenes” y “padres” de una familia para enseñarnos cuáles son las necesidades de los nuevos creyentes y las maneras cómo podemos ayudarles a crecer.
• Pablo en 1 Corintios 3:1, 2 usa el concepto de alimentar a los cristianos con “leche y no con alimento sólido” por causa de la falta de desarrollo que algunos creyentes estaban demostrando. Es decir que, de una manera muy apropiada, el apóstol Pablo hace un paralelo entre a las relaciones interpersonales y ciertas cualidades que evidencian el desarrollo físico con el desarrollo espiritual.
• Marcos 10:14-16. Jesús dice: “Dejad a los niños venir a mí, y no les impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. ...Entonces tomándolos en los brazos, puso las manos sobre ellos y los bendijo”. Hemos aprendido que antes que una persona llegue a los doce años de edad responde más fácilmente al evangelio. Igual que hizo el Maestro, bendigamos a los niños facilitándoles su encuentro personal con Jesús como su Salvador personal.
• En Mateo 18:5 el Señor Jesús expresa una bendición para todos los que se dedican a amar y enseñar a los niños. Y cualquiera que en mi nombre reciba a un niño como éste, a mí me recibe.
El papel que los adultos desempeñan en el aprendizaje de los niños.

a. Los adultos como “acondicionadores”. Los adultos actúan de esa manera cuando animan, estimulan, promueven o cuando castigan, reprochan, desaprueban cierta conducta del niño. En efecto todas las personas que rodean a un niño actúan como “acondicionadores” pues cumplen la misma función hacia el niño y la formación de su conducta.
b. Los adultos como “informantes”. Los adultos actúan en ese papel cuando proveen al niño las ideas, conceptos y palabras que debe usar para referirse a ciertas relaciones y conductas.
c. Los adultos como “modelos”. Sin duda el niño aprende más por lo que ve y oye de quienes lo rodean que de cualquiera otra manera. Si los adultos captan esta verdad se darán cuenta de su seria responsabilidad y oportunidad de demostrar al niño cómo habla, reacciona y se conduce un discípulo de Jesucristo.
¿Cuál es la meta en la educación de los niños?

Desafortunadamente la educación cristiana ha tomado “prestado” el concepto de la educación secular que se propone educar “para que el niño se valga por sí mismo y adquiera su completa independencia”. Lo que parece que deseamos formar es duplicados del famoso personaje llamado “El Llanero Solitario”. Personas que se ven a sí mismas como autosuficientes, independientes y que creen que le hacen un favor al mundo viviendo en él.
Recordemos que por naturaleza y por su estado de desarrollo, los niños nacen siendo totalmente dependientes de sus padres y de los adultos que los rodean. Esa es una etapa que no deseamos perpetuar; pero una etapa indispensable en la vida del niño. No violentemos su paso por esa etapa de la vida.
De la etapa de dependencia total deseamos ayudarlo a moverse a una de independencia hasta que llegue a la etapa de interdependencia. Es decir que aprenda a vivir en comunidad con otros seres humanos. Aprenda a dar y a recibir; disfrute de lo que otros le ofrecen y goce compartiendo no solamente cosas sino también la vida misma.
En Hechos 13:13 encontramos el relato de Juan Marcos. Un joven que demostró su falta de madurez al desertar del equipo de misioneros. Sin duda demostró su independencia y su autonomía, su rebeldía juvenil y libertad para no cumplir con sus obligaciones, pero ¿cuál fue el resultado? De no haber sido por el buen hermano Bernabé, su amoroso cuidado y paciente labor de discipulado, Juan Marcos habría sido el relato de otro joven fracasado. Juan Marcos, ayudado por su buen pariente y hermano mayor, Bernabé, salvó su ministerio hasta el punto que años después el hermano Pablo suplicaba, Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio (2 Timoteo 4:11). Este es un buen ejemplo del proceso de la dependencia, a la independencia y luego a interdependencia. Este es el proceso que hemos de facilitar hoy en nuestros niños y jóvenes hasta que lleguen a ser nuestros colaboradores en el ministerio.
La tarea no es fácil, pues plantea a los padres y maestros un dilema constante. Por un lado, debemos proveerles seguridad de modo que se sientan cómodos, con los elementos necesarios a su alcance (eso los conduce a ser dependientes); en el otro extremo, debemos proveerles un ambiente y las condiciones que los estimulen a la independencia, que aprendan a valerse por sí mismos (eso los conduce a la libertad). El punto de equilibrio entre estos dos extremos del dilema nos proveerán el norte para la formación de su interdependencia. La gran pregunta es ¿qué ayudas u orientaciones puede un maestro de la escuela dominical, un pastor u obrero cristiano seguir? Aquí le compartimos unas cuántas ideas para comenzar:

Anime, promueva y estimule la participación de los padres. Muchas veces los padres dejan a los niños en la sala cuna o en la puerta de la clase; se van a su propio grupo de estudio; vuelven después para recogerlos y asunto terminado. Los maestros deben buscar maneras adecuadas para animar a los padres a participar en la educación de sus hijos. De cuando en cuando pueden tener una reunión de padres, ofrecer una película o una conferencia que les orienta sobre oportunidades y “momentos” educativos que pueden aprovechar con sus hijos. Cómo usar el trabajo que el niño les muestra de lo que hizo en la clase para reforzar el aprendizaje de temas espirituales. Cuando los padres participan juntamente con los maestros, los niños comienzan a darse cuenta y a aprender.
Provea oportunidades para cada niño. Muchos maestros tratan a todos los niños de la misma manera. Debemos recordar que algunos niños vienen de hogares que no son cristianos, otros tienen padres que aman y sirven al Señor, algunos tienen muy pocos recursos, quizá viven solamente con la madre o el padre en un nivel de pobreza, otros tienen un poco más. Cada niño requiere una atención individualizada.
Desarrolle actividades que sean adecuadas para la edad de los niños. Recuerde que de acuerdo con su edad los niños son diferentes en su manera de pensar, de hablar, de expresar sus emociones, de relacionarse con otros, inclusive de relacionarse con Dios. Como alguien ha dicho, las actividades no solamente deben ser vistas por su cantidad (que deben ser muchas y variadas) sino mucho más por su calidad (que sean efectivas para el niño como un individuo). Lo menos que podemos decirle con mucho cariño es que “conozca y observe a sus alumnos uno por uno”.
Prepárese bien. Ser maestro de los niños requiere dedicación, empeño y muchas horas de intenso trabajo. Lea libros y revistas relacionados con la edad a la cual enseña. Asista a talleres de entrenamiento para maestros de niños. Pida a los dirigentes de su iglesia que le mantengan informado de otras oportunidades para conseguir más información y formación para su tarea. Si usted no se siente calificado para la tarea y por lo tanto un maestro sin mucho que ofrecer, siga el consejo del hermano Pablo en 1 Corintios 12:23-25.
6 ideas concretas para facilitar la enseñanza de la Palabra de Dios con los niños.

1. Establezca una relación de cariño e interés con el niño, con sus hermanos y sobre todo con los padres. Busque cada oportunidad que tenga para fortalecer y enriquecer estas relaciones.
2. Provea al niño experiencias de primera mano. En lugar de mostrarles el cuadro de una planta, lleve a la clase una plantas naturales, o lleve a los niños al jardín botánico (o al del templo). Explicarles que deben decir “gracias”, guíelos a simulaciones dentro de la clase en las cuales deben decir “gracias”.
3. Busque los momentos de enseñanza y aprendizaje. Tanto dentro como fuera de la clase se dan esos “momentos” que deben ser aprovechados en toda su extensión. Manténgase atento y el Señor le dará la sabiduría para saber qué hacer o qué decir en el momento oportuno.
4. Use la descripción en su conversaciones. La narración, el relato, los detalles encantan a los niños. Ellos disfrutan cuando usted “dibuja y pinta” su conversación con tamaños, dimensiones, colores y sonidos. Porque lo disfrutan, aprenden, y eso es lo que estamos buscando.
5. Haga preguntas sencillas relacionadas con lo que están haciendo. Además de afirmar o guiar la actividad del niño, manténgalo con la mente ocupada a base de preguntas sencillas, claras, oportunas sobre lo que aprendemos de Dios, de nosotros mismos o de otros en lo que están haciendo en ese momento.
6. Responda a las preguntas. Los niños hacen cualquier pregunta en el momento que menos un maestro espera. No lo considere una interrupción, véalo como una oportunidad de reforzar el aprendizaje. Este es uno de esos momentos de enseñanza y aprendizaje que nunca debemos desaprovechar.
7. Provéale una buena dosis de la formula “4-R”. La formula “4-R” es solamente una manera de referirnos a los cuatro aspectos que un niño necesita a lo largo de toda su infancia:
Relaciones de cariño y amor.
Responsabilidad para hacer las cosas qué deben ser hechas cuándo deben hacerse y cómo deben hacerlas.
Reconocimiento y aprecio por las cosas que hacen bien. Puede ser una simple afirmación con la cabeza, una palabra positiva o una palmadita en la espalda. Hasta un guiño del ojo puede hacer una notable diferencia en el día o la semana de un niño.
Remedio instantáneo. A veces, igual que todos los humanos, el niño hará cosas que no son correctas y el maestro (como también deben hacerlo los padres) deben proveer el remedio inmediatamente para corregir la conducta indebida. En asuntos de corrección es muy válido el refrán que dice, “no dejes para mañana lo que debes hacer hoy”.
CUESTIONARIO
1. ¿Cuáles son las dos cosas que todos los niños tienen en común?
2. ¿Qué bendición ofrece el Señor a quienes se dedican a amar y enseñar a los niños?
3. Mencione los tres posibles papeles que un adulto puede desempeñar en la vida de un adulto.
4. ¿Cuál es la meta en la educación cristiana de los niños?
5. Mencione las tres etapas del proceso de desarrollo que deseamos en un niño.
6. ¿Por qué debemos animar a los padres a participar en la educación de sus hijos?
7. Mencione cinco de las seis ideas concretas para facilitar la enseñanza y el aprendizaje de los niños.
8. ¿En qué consiste la formula “ 4 R"

3 comentarios:

Analía dijo...

1-Las dos cosas que los niños tienen en común es que pueden hablar y pensar.
Podríamos decir que son capáz de sentir, sus emociones y la expresan. Pero lo más importantes es que son personas y como tal deben ser consideradas.
2-Todo aquel que recibe a un niño recibe al mismo Jesús, así lo podemos ver en Mat 18:5, por lo tanto es el mayor privilegio que podemos tener.
3-Los tres posibles papeles que un adulto puede desempeñar
en esa area son:Acondicionadores,informantes y modelos.
4-La meta de la educacion Cristiana en los niños es ayudarlos a vivir en comunidad con otros, que lleguen a convertirse en seres capaces de dar y recibir a los que los rodean, llegando a compartir la vida misma con aquellos que estan a su lado.
Si logramos esto, estos niños se convertiran en los ciudadanos con valores que tanto se nesecitan y le sociedad pide a gritos.
5-Las tres etapas del proceso de desarrollo son:Dependencia, independencia e interdependencia, es decir hasta que lleguen a valerse por si mismos.
6- Debemos animar a los padres a participar en la educación de sus hijos,porque el rol de ellos es importantísimos en sus vidas, ademas la idea es lograr ese cambio integral que comenzando por el niño alcance la familia. Cuando los niño se dan cuenta que sus padres participan ellos estan más dispuesto porque sienten ese acompañamiento.
7-Cinco de las seis ideas concretas para facilitar la enseñanza y el aprendizaje de los niños.
1.Establezca relacion, conózcalo.
2.Dele experincias concretas en la clase.
3.Haga preguntas, logre que el tema le interese para que participe
4.Sea expresivo, dinámico.
5. Que sean momentos de enseñanza y aprendizaje.
8- La fórmula consiste en los aspectos que un niño necesita a lo largo de su infancia.
1)Relaciones de cariño y amor. 2)Responsabilidades. 3)Reconocimiento y aprecio. 4)Remedio instantáneo (no lo condene ayúdelo a superarse y sea un inatrumento para que Dios haga su obra en esa persona especial y única).

Myriam Pozzi dijo...

Bien Ana, aunque este trabajo lo realizamos en clase, gracias por dejar tu post. Igual habias salido antes.
Nos leemos. Myriam

Eledy dijo...

1. Las dos cosas que todos los niños tienen en común son que pueden hablar (comunicarse, transmitir) y pensar, por lo tanto son capaces de formar su propio criterio en su dimensión.

2. Según Mateo 18:5, el Señor promete bendecir a aquellos que se dedican a amar y educar a los chicos. Dice que al recibir a un niño en su nombre, estaremos recibiéndolo a El mismo.

3. Los adultos jugamos tres papeles fundamentales en el aprendizaje de los chicos, primero como “acondicionadores”, al animarlos, estimularlos o castigarlos, entre otros; luego funcionamos como “informantes”, esto es porque proveemos al niño ideas, conceptos y palabras para que apliquen a la hora de referirse a relaciones y conductas; por ultimo, actuamos como modelos porque los chicos aprenden mas por lo que ven y oyen de quienes lo rodean que de cualquier otra forma.

4. La meta es ayudar al niño a que salga de la dependencia total hacia la independencia, pero respetando el proceso natural, para que luego llegue a la etapa de interdependencia. Esto enseñara al niño a vivir en comunidad con otras personas, a dar y recibir, a disfrutar de lo que le ofrecen y a compartir no solo cosas sino también la vida.


5. Las tres etapas del proceso de desarrollo de un niño son: dependencia, independencia e interdependencia.

6. Es importante que los padres participen de la educación de sus hijos porque de esta manera reforzaran dicho aprendizaje. Si logramos que los padres trabajen en conjunto con nosotros, ambas partes tiraremos hacia el mismo lado. Por otra parte, es una excelente oportunidad para que los padres que no conocen a Dios, lo conozcan mediante sus hijos.

7. Las cinco ideas para facilitar la enseñanza y aprendizaje de los niños son: establecer una relación de cariño e interés con el niño y su familia; proveer al niño experiencias de primera mano, por ejemplo en vez de mostrarle un cuadro de una planta llevamos a la clase algunas plantas naturales; buscar los momentos de enseñanza y aprendizaje tanto adentro como fuera de la clase; usar la descripción en nuestras conversaciones, a los chicos les llama mas la atención cuando “dibujamos y pintamos” nuestras conversaciones mediante el relato, la narración y los detalles; hacer preguntas sencillas relacionadas con lo que están haciendo producirá en los chicos mayor concentración.

8. La formula “4R” consiste en: Relaciones de cariño y amor; Responsabilidad para hacer las cosas; Reconocimiento y aprecio por las cosas que hacen bien y Remedio instantáneo, esto es para corregir la conducta indebida.